entre una y otra, terreno pedregoso.
Al divisar la primera se olvida que
para llegar a ella has de sufrir.
El acceso no es fácil.
Tropiezas una y mil veces.
Los tropiezos te provocan heridas,
heridas que sanan con el tiempo.
Quedan las cicatrices, que cada vez
que las miras te recuerdan lo pasado
y la satisfacción del presente.
José Torres
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